Los orígenes de la Revolución Francesa se pueden encontrar en el reinado de Luís XIV que duró desde 1643 hasta 1715, 72 años. Cuando inició su gobierno Francia se encontraba sacudida por una serie de guerras civiles entre miembros de la nobleza. Luís decidido a acabar con ellas, centralizó todo el poder en su persona declarando `L état c´est moi´ (El Estado soy yo). Obligando a miembros de las principales familias aristocráticas a mudarse junto con él, a su recién inaugurado Palacio de Versalles en las afueras de París. Allí cobijados por lujos, tanto la nobleza como la familia real se fueron alejando de las realidades del pueblo y sus necesidades.
Además de esta injusticia social, Francia enfrentaba una crisis económica grave. El rey Luis XVI y su esposa, María Antonieta, gastaban fortunas en lujos, mientras el país se endeudaba por costosas guerras, como la ayuda a los independentistas estadounidenses contra la dominación británica. Para colmo, las malas cosechas provocaron escasez de alimentos y el pan, la base de la dieta popular, se volvió inaccesible para muchos. Esto, sumado a las nuevas ideas de la Ilustración que hablaban de derechos y poder del pueblo, creó una olla a presión a punto de estallar.
La sociedad estaba dividida en tres grupos, o "estados": el clero (la Iglesia), la nobleza y el pueblo llano, también conocido como el Tercer Estado. Los dos primeros grupos tenían todos los privilegios: no pagaban impuestos y vivían con lujos, mientras que el Tercer Estado, que era la gran mayoría de la población, desde ricos comerciantes hasta campesinos pobres, cargaba con todas las deudas y vivía en la miseria. Estos le pidieron al Rey convocar la Asamblea de los Estados Generales, que no se reunía desde 1614, para tratar de resolver la crisis. Esta Asamblea se convirtió en Asamblea Nacional y le aconsejaron al Rey Luís a disolverla a la fuerza.
El 14 de julio de 1789, la chispa saltó en París. El pueblo, enfurecido y armado, asaltó la prisión de La Bastilla, un símbolo de la autoridad del rey. Aunque el asalto no liberó a muchos prisioneros, fue un golpe simbólico que demostró el poder de la gente y marcó el inicio de la revolución. Los revolucionarios redactaron la "Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano", un documento histórico que afirmaba que todos los hombres nacen libres e iguales ante la ley. En un principio, se intentó establecer una monarquía constitucional, donde el rey compartiría el poder. Sin embargo, los conflictos internos y la invasión de otros países europeos como Prusia y Austria, que temían que la revolución se extendiera, llevaron a una radicalización.
En 1792, la monarquía fue abolida y se proclamó la República. La situación se volvió más violenta con la ejecución del rey Luis XVI y de María Antonieta. Pronto, el poder cayó en manos de un grupo radical llamado los jacobinos, liderados por Maximilien Robespierre. Bajo su mandato, se vivió el periodo conocido como el "Reinado del Terror", en el que miles de supuestos enemigos de la revolución fueron ejecutados en la guillotina. Este oscuro capítulo terminó con la ejecución del propio Robespierre en 1794.
Tras la caída del Terror, Francia buscó estabilidad con un gobierno más moderado, el Directorio. Pero la agitación continuó hasta que, en 1799, un joven general corso llamado Napoleón Bonaparte dio un golpe de estado y puso fin a la revolución, estableciendo un nuevo régimen autoritario. A pesar de que la Revolución terminó con un líder que se coronaría emperador y que Francia regresaría brevemente a la monarquía en varios periodos de su historia el impacto de la Revolución Francesa fue duradero y profundo. Se eliminaron los privilegios de la nobleza y de la Iglesia, se establecieron los Derechos del Hombre y del Ciudadano y la idea de que el poder residía en el pueblo se extendió por todo el mundo occidental, impulsó el nacionalismo en otros países y sus ideales inspiraron revoluciones y luchas por la libertad como la Guerra de Independencia Hispanoamericana, demostrando que el poder del pueblo para cambiar su destino puede ser una fuerza imparable.

No hay comentarios:
Publicar un comentario